Tributo al amigo, al poeta y su trazo en letra gruesa y retazos de papeles. Una liberación de lo grande y el gusto por el juego, parece anunciarse y así lo esperamos, con esto acaso el cierre de aquel fondo, pozo de claroscuros, pero perdura esa pasión, tan fiel a sí, por el color y la correspondencia con el mundo de adentro y de aquello oculto en el afuera eliminando fronteras y cediendo al disfrute de lo infinito en lo pequeño.

Una continuidad en la búsqueda de esa correspondencia cromática con el mundo interior, cercano su deseo de pintora con el del poeta que honra, y podríamos decir lo hace suyo que cada trazo sea como el temblor que lo sostiene y se mantenga como un latido.