Eliana Sevillano Alandia

La poesía y la pintura se sostienen sobre el papel...

La obra de Eliana Sevillano se teje más allá de toda frontera. De orígenes bolivianos, pasa mayor parte de su vida en Venezuela. En la década de los sesenta estudia artes plásticas en la Escuela de Arte Cristóbal Rojas, luego en la Academia de Bellas Artes de Roma y más tarde profundiza con talleres de artes gráficas entre Caracas y Arezzo. En 1965 realiza su primera muestra personal, y ya allí se revelan hilos centrales de su obra. El color es una pasión, lo figurativo cede a la materia. Su vasta exploración cromática bebe profundo de los Andes y del Caribe, se cruzan ruinas y fastos de un pasado inmemorial, la Toscana con sus cipreses y murallas a medio camino. Lo suyo han sido siempre los grandes formatos. Telas cruzadas por materiales y densos acrílicos, también el grabado y la serigrafía. Su obra parece ir haciéndose entre una pasión y una necesidad, búsqueda interior y exploraciones cromáticas. Allí esos oros son... ¿alquimia o individuación?

Texto: Paula Cadenas​. Foto: Walter Ponkia

Una pincelada de mi historia...

Nací entre los vibrantes colores de las mágicas montañas de Bolivia, en el año 1947. Mi travesía se inició muy pronto con mis padres y mi hermana, cuando llegamos al norte del sur… a Venezuela, un país que nos prometía serenidad y nuevas oportunidades para mi familia.

Con 15 años mis primeros pasos me guiaron hacia la Escuela de Artes Plásticas «Cristóbal Rojas» en Caracas, donde tuve el honor de formarme con reconocidos maestros del arte venezolano tales como Jacobo Borges, Alirio Rodríguez, Luis Guevara Moreno, Vásquez Brito, Régulo Pérez o Virgilio Trompis; bajo la guía de la crítica de arte Clara Diament de Sujo. Desde entonces, mi comprensión del análisis plástico comenzó a elevarse, sembrando en mí las primeras semillas de la creación.

Pertenecí al círculo cultural «Pez Dorado,» un colectivo vibrante y lleno de juventud curiosa, donde artistas como Ángel Luque, Alirio Palacios, Jacobo Borges y Manuel Espinoza ya brillaban como astros en el firmamento del arte Latinoamericano. Por este motivo aquellos años se convirtieron en mi segunda escuela, bajo un crisol de experiencias formativas.

Pinté con fervor, logrando participar en los más prestigiosos salones oficiales a lo largo del territorio venezolano. Aquella temporada la defino como un despertar al mundo del arte en toda su esencia, cautivada por la pasión de la figura humana. Todavía recuerdo la fascinación que despertaba en mí la monumental obra del gran artista Armando Reverón, lo que me inspiró a explorar ese vasto campo tan lleno de secretos revelados a través de cada creación.

Pero en mí pronto se gestaría la aparición de un nuevo ciclo, cuando la balanza de mi arte se inclinó hacia el reino de la abstracción. Allí, la libertad del color y la construcción se convirtieron en mi nuevo lenguaje, inspirado por genios como Kandinsky, Malevich y Klee. Estos años fueron de confrontación y evolución, avanzando en mis pasos tanto en salones de arte oficiales como en galerías privadas.

Roma me recibió en 1972, donde estudié en la Academia de Bellas Artes, siendo por supuesto una experiencia enriquecedora y transformadora. Entre 1974 y 1978, expuse en diversas galerías de Venezuela y llegó a mi vida mi hija Micaela (1975). Más tarde, mis estudios de Artes Gráficas me llevaron a recibir una beca para continuar mi formación artística en Arezzo, Italia; lugar donde trabajé para perfeccionar la técnica en el Taller de Abel Valtmijana, y que a la larga se convirtió en mi nuevo hogar.

Así, desde los años 80 a la actualidad he logrado llevar mi arte más allá de varias fronteras, con exposiciones individuales y colectivas en América y Europa. También puedo reconocer que mi pintura sigue evolucionando… busco seguir jugando con la materia, el color y toda la gama de materiales que ofrece la naturaleza,  para fundirlos en la superficie de mis lienzos, donde el color se realza impetuoso, resonando con las emociones más profundas a través de trazos y texturas.
Para mí, la visión del artista se revela ante los ojos del espectador. Mi proyecto es sencillo pero poderoso: pintar para crear emociones que se manifiestan en imágenes del lenguaje universal de color y el sentimiento. Es mi objetivo, mi razón de ser.

COLORES DEL EXILIO (1970-1990)

Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolía… (Pablo Neruda)

" Para 1990 con motivo de una muestra suya en Nueva York vivirá otra de sus grandes experiencias: el hallazgo de las envolturas, los lienzos, las telas dobladas en la sala egipcia del Metropolitan, promete para ella sensaciones nuevas. La fuerza de este contacto, creo, debió tener para la artista viejas resonancias: despertaban su anterior e íntimo vínculo con los materiales de Armando Reverón"...

José Balza (prodavinci.com)

" ...es una exponente máxima del uso del color. Su obra, se adentra en las profundidades cromáticas, y al expresar íntimos sentimientos y un mundo espiritual, logra un refinamiento poco común. Las posibilidades expresivas de esta artista son inagotables. Un deseo de investigar y de huir del estancamiento la ha llevado a desarrollar experimentalmente un trabajo en donde telas doradas se entremezclan con papeles muy finos. Constituye un uso novedoso de técnicas y materiales empleados por esta artista a través de su trayectoria en la que el grabado y el collage siempre han jugado un importante papel..."

Sol Bendayán (escaner.cl)

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